Pregón de la Esperanza


              XXVII Pregón, pronunciado en la Real Parroquia de Santa Ana de Triana         14 de Diciembre de 2001


Hoy vengo a hablar de esperanza

A este rincón tan señero

Esta parroquia de gloria

Donde se guarda la historia

Del arrabal marinero

Esta catedral gitana

Donde la abuela del cielo

Bendice a los trianeros

Con repique de campanas

Hoy vengo a hablar de ilusiones

Del amor y la alegría

Hoy vengo hablar de una madre

Hoy vengo hablar de María

Vengo a hablarles de Sevilla

Porque Sevilla es quien guarda

Seis caminos de esperanza

A lado de la giralda

Hoy vengo hablarles de fe

La fe que guía mis sueños

Esos que desde pequeño

Me enseñaron que esta tierra

Te atrapa los sentimientos

Y los envuelve en el viento

Del vendaval de la vida

Hoy mi alma es compartida

Con otras cinco razones

Otras cinco devociones

Que junto a mi capitana

Van a dejar en Santana

Un reguero de emociones

Hoy quiero con la ocasión

Arrancarle a estas cuartillas

Un cantar de la pasión

Un cantar con dos orillas

Una que cante a Triana

Y otra que cante a Sevilla

Los dos trozos de mi alma

Sevillana y trianera

Que siempre fueron mi cielo

Mi horizonte y mi bandera

Hoy voy a ser portavoz

De los que buscan y esperan

Como espera el azahar

Que llegue la primavera

Hoy les quiero proponer

Que se unan a mi voz

Para hacer una alabanza

En esta ciudad de amor

Donde reina la esperanza

Buenas noches, Sr. cura párroco de Santa Ana, hermanos mayores y miembros de juntas de las hermandades de la esperanza de Triana, esperanza de la Macarena, hermandad de la O, hermandad de San Roque, hermandad de la Trinidad, hermandad de la Divina Enfermera, hermanos mayores y miembros de juntas de otras hermandades presentes, autoridades, cofrades de Sevilla, amigos todos, señoras y señores.

En primer lugar quiero agradecer a mi hermandad de la Esperanza de Triana y en su nombre a mi hermano mayor Ramón León y su junta de gobierno, la atención y la confianza que han depositado en mi persona al encargarme este XXVII pregón de la esperanza, gracias por creer en mi, igualmente quiero agradecerle a mi buen amigo, hermano en la esperanza de Triana, y pregonero de Sevilla, Carlos Herrera, la presentación de mi persona, de cuyas palabras extraigo que el afecto y la amistad que nos profesamos desde hace años han sido los que han dictado su brillante verbo por encima de cualquier merito personal del que les habla, no hay honor mas importante para un pregonero de la esperanza que ser presentado por quien tanta gloria y talento le ha regalado a Sevilla con su pregón, y por quien tanta esperanza ha generado con su prosa y con su verso en las formas oratorias de la semana santa de Sevilla, gracias maestro, gracias amigo Carlos.

Poned la mirada en el horizonte de la vida para buscar la luz del infinito, recuperar los desánimos del espíritu y perseguir la bondad de los argumentos, esperar lo mejor de la condición humana, vivir en un eterno sueño de alcanzar la gloria a pesar de los escollos del sendero, así son los caminos de la fe, así es la espera de quien se sobrepone a las adversidades.

Yo se que es difícil hablar de esperanza en estos tiempos, cuando los hombres son capaces de anteponer la religión y las creencias a la razón y a los nobles sentimientos. Cuando en nombre de un Dios se asesina y se masacra, cuando la civilización y el desarrollo de la humanidad sigue engendrando seres que hacen del odio y del terror su justificación de vida.

Cuando incluso dentro del seno de la propia iglesia, a la que pertenecemos, hay representantes del clero vasco que en contra de la doctrina y sobre todo de la razón, son capaces de justificar o cuestionar algunos aspectos del terrorismo y a quienes practican la violencia, contribuyendo con su actitud a la confusión y al alejamiento de la paz.

Yo se que es difícil hablar de esperanza cuando el mundo ve morir, minuto a minuto, a hombres, mujeres y niños cuyo único delito, para tan cruel condena, es haber nacido en una tierra al otro lado de la opulencia y el derroche.

Yo se que es difícil hablar de esperanza ante una sociedad que asiste cada día a la lucha contra enfermedades incurables, a la contemplación de la marginación mas absoluta de determinados sectores sociales, a la explotación infantil, al maltrato, a las intolerancias y a la injusticia.

Yo se que es difícil hablar de esperanza ante un tiempo en el que la inmigración, en lugar de ser un derecho lógico de los pueblos buscando un futuro mejor en un mundo libre, se ha convertido, en muchos casos, en una escusa para la justificación del racismo y la xenofobia.

Ante este panorama yo se que es difícil hablar de esperanza, pero la esperanza es un estado de animo en el cual se nos presenta como posible alcanzar lo que deseamos, incluyendo aquellas cosas que por su dificultad parecen prácticamente imposibles.

Como virtud teologal nos ofrece la posibilidad de confiar en dios para alcanzar plenamente el cielo y en los medios que pondrá a nuestro alcance para conseguirlo.

Por eso, y a pesar de todo, hoy quiero ser portavoz de un mensaje de ilusión, ayudado por la suerte de vivir en una ciudad donde la madre de cristo se ampara bajo la mas noble intención de la palabra esperanza en seis maravillosas advocaciones que se desparraman por Sevilla como el aire se desparrama por la vida, seis templos para seis vírgenes, seis puertas abiertas para los corazones que necesitan la energía de la fe y de los sueños.

Que suerte tienes Sevilla, porque mientras que el mundo la busca y no la encuentra, tú puedes encontrar la esperanza en cada esquina.

Seguir los caminos de la esperanza y la fe, seguir los caminos y encontrar el camino.

Como decía el poema, dejadme que venga y vaya, dejadme que vaya y venga, y es que en esta ciudad da igual el caminito elegido, cualquiera te lleva al encuentro de los anhelos, porque todas las veredas del espíritu están guiadas por la madre de dios, la virgen santísima que esta presente a cada paso. En cada barrio, casi en cada esquina, en los innumerables templos que llenan el centro y los barrios..

¿A donde vas sevillano?

¿A donde guías tus pasos?

¿A que lugar te diriges?

¿Dime lo que estas buscando?

Pareces como perdido

Sin encontrar la salida

¿O es acaso la esperanza

Lo que falta de tu vida?

¿A donde vas sevillano

Dudando de tu destino?

¿A donde va tu futuro?

¿A donde va tu camino?

Si en esta tierra bendita

¿No te das cuenta paisano?

Que la esperanza la tienes

Al alcance de la mano

¿No ves como es nuestro cielo?

¿Ni ves nuestra primavera?

¿No sueñas mirando al río?

¿No miras a las estrellas?

¿No ves que de ti depende

Y nadie tiene la clave

Oler a los azahares

Que es perfume de los duendes?

Sal y busca la esperanza

Y abandona el precipicio

Que para ir a buscarla

Te propongo un ejercicio

Un paseo por Sevilla

Entre torres y espadañas

Para contemplar la gloria

Que recorre sus entrañas

En san roque una mirada

Será madre y mediadora

Y de gracia y esperanza

Se embriagara tu persona

Un poco mas adelante

Haz un alto en el camino

Para ver la flor mas bella

Del jardín de capuchinos

Otra visión prodigiosa

Otra reina celestial

Otra esperanza bendita

Que vive en la trinidad

Siguiendo por el camino

Un arco será morada

De otra reina de los cielos

Otra madre del consuelo

De otra belleza serena

Que también es la esperanza

Y se llama macarena

Recovecos de Sevilla

Que en el alma desembocan

En otra esperanza nuestra

Que es del barrio de la Europa

Consuelo de los enfermos

Que en San Martín se venera

Por eso se le conoce

Por la divina enfermera

Si luego cruzas el puente

Con el río de la mano

Encontraras otra madre

Muy cerca del altozano

Lleva la o como nombre

Es madre de un barrio entero

Y es la esperanza y la suerte

De todos los trianeros

Para acabar un paseo

Lleno de tanta belleza

Otra esperanza te espera

En plena calle pureza

Es una virgen morena

Marinera y capitana

Y allí todos la veneran

Por ser reina de Triana

¿A donde vas sevillano

Sin soñar con el mañana?

No ves que en las dos orillas

Esta viva la esperanza

Por las calles de Sevilla

Un crepúsculo especial esta acariciando la tarde, sobre el se recortan los tejados y las espadañas, el río es un espejo perfecto que refleja las luces y las sombras del viejo arrabal, dicen que en las madrugadas los duendes desempolvan los recuerdos añejos de barquillas y de velas, de viajeros y de historia, de miradores de altozano, de palenque con sabor a fruta y a verdura del aljarafe, de olor a brea y adobo, el recuerdo se hace eco del compás gitano de otros tiempos, la solea suena a Zurraque y un escalofrío de fiesta recorre la espina dorsal de la antigua Cava.

El rumor de la vida se atempera, mientras que el barrio, poco a poco, se adormece, el cielo se confunde con las ultimas luces, mañana será un día grande, Triana volverá a vivir el disloque de los sentidos, sus calles y plazuelas se ensancharan de manera imposible para dejar paso al desfile de la gloria, el sueño de esa noche se llama........ Esperanza.

La esperanza de un año entero llenara de esplendores los corazones de Triana, de esa Triana que todos los días del año tiene a la esperanza con las manos extendidas ante el ruego y el rezo de todo aquel que la necesita.

Como siempre la tuvo un asturiano, que llego de su tierruca en plena juventud, su amor al barrio y a sus gentes le llevo, poco antes de marcharse al cielo, a ser nombrado por los trianeros hijo adoptivo de Triana, el, cada día, como muchos otros, en su recorrido desde Pagés del Corro a la calle San Jacinto, hacia un alto en su camino para postrarse ante la señora y pedirle que le echara una manita en la jornada, después de una pequeña oración se santiguaba y con el alma repleta se enfrentaba al día a día de la vida.

Él, como otros muchos, supo comprender que teniendo la esperanza tan cerca era un derroche no encontrarse cada día con la luz y el consuelo de su mirada, el fue un ejemplo que le enseño a este pregonero que buscar la esperanza era mas fácil de lo que parece, que la tenia a mi lado, hoy estará con ella en la gloria y en su boca seguirá resonando la palabra "Triana" a la que le dedico tanto amor.

El amanecer enciende el día con una luz especial, es jueves santo, Triana se pone de tiros largos para vivir la jornada más intensa del año, con las primeras horas, desde el altozano a pureza, hay un ir y venir de emociones, de alegría y de espera, un reguero de sentimientos acumulados, es como un río repleto de barquillas que traen hasta el mismo puerto a los trianeros, a los que viven en el barrio y a los que vuelven de su diáspora y de su añoranza desde el mar de la lejanía.

Esa mañana Triana es un reflejo de la vida, tiene el color de la vida, y el aroma de la vida, esa mañana Triana será un encuentro con la nostalgia, un regreso a los orígenes, una explosión de sentimientos profundos, se echaran de menos a los ausentes mientras que los niños aprenderán de sus padres una de sus primeras lecciones de amor a la vida, a su identidad, a su cultura de barrio, que maravilloso ejercicio para los sentidos es el simple paseo mañanero por la calle pureza un jueves santo, no hay mejor tributo a la identidad y al sentimiento trianero que un recorrido de punta a punta de la calle que aloja en su seno la capilla mas marinera de la semana santa, las emociones del jueves dejaran nuestro espíritu adornado con festones de felicidad, pero cuando llegue la madrugada será cuando Triana convertirá todos esos sentimientos acumulados en autentica vida, en el reflejo y la cara del mas bello rostro imaginable. No abra ni palabras ni deseos capaces de describir el encuentro, el dulce encuentro con la reina de todos los sueños.

Será entonces cuando cada uno, de manera individual, con el corazón y el alma prendidos por la oportunidad nos enfrentaremos con nuestro interior, con nuestra capacidad de desprender amor ante lo sublime, incluso aquellos que están ausentes de la fe y de la creencia, pero que aman profundamente sus tradiciones, sentirán un escalofrío inexplicable ante ese desfilar mágico y acompasado arropado por los sones de una música con perfiles gitanos, serán los ojos el mejor acompañamiento para seguir la estela de esa madre reina y señora de Triana.

¿Que te digo yo señora

Que no te haya dicho nadie?

¿Que te digo yo señora

Si todo aquel que te quiere

Ya te ha dicho a su manera

Lo que siente cuando sueña

Con tu mirada serena?

¿Que te digo yo señora

Si por mucho que te diga

Siempre me quedare corto

Por más cosas que describa?

¿Te digo que eres la reina

Que por Triana paseas?

Que enamoras madrugadas

Que con la luz coqueteas

Y al llegar la madrugada

Se empinan las azoteas

Para contemplar tu cara

Tan repleta de belleza

Como si fuera la gloria

Por esa calle Pureza

¿Te digo eso señora?

¿O prefieres madre mía

Que te diga que eres sueño

Y a veces melancolía

Cuando el recuerdo se afana

En pintar esa Triana

Que iluminó mi niñez

Siempre te tengo presente

Aunque te deje de ver

¿Porqué será mi añoranza

El rincón de mi esperanza?

Esperanza en mi destino

Esperanza en los que aman

Esperanza en tu consuelo

Esperanza en tu mirada

Esperanza en tu sonrisa

En tu dolor esperanza

Esperanza en los que sufren

Esperanza en los que claman

Esperanza entre los hombres

Esperanza en el mañana

Esperanza entre mis manos

Con cada gesto esperanza

Esperanza y Altozano

Y un ir y venir de olas

Y un ir y venir de barcas

Y un soniquete flamenco

Y bambalinas que cantan

Y un retablo para el tiempo

Y ese nudo en mi garganta

Que los dos sueños unidos

Son mi Triana a la vez

A una Triana le rezo

A otra nunca la olvide

Así que no sé señora

Que puedo seguir diciendo

Para poder describirte

Como yo te estoy sintiendo

¡Capitana de la gloria!

¡Marinera de mi vida!

¡Faro y guía de mi alma!

¡Refugio de mis heridas ¡

¡Amanecer de mis penas!

¡Calma de mis vendavales!

¡Eres mi norte y mi estrella!

¡Navegando entre varales!

Amor de los trianeros

Perla del Guadalquivir

No hay belleza que te iguale

Ni que se parezca a ti

Rosa de todos los vientos

Malecón de la ternura

Tus brazos son mi velero

Y tu luz mi singladura

Yo sé que eso te lo han dicho

Pero que le voy a hacer

El que siente lo que dice

No tiene que arrepentirse

Y yo te siento señora

Yo siento como tus ojos

Me envuelven cuando te miro

Y también siento tu pena

Y el llanto sobre el pañuelo

Que se convierte en desvelo

Por tu hijo que ha caído

Y luego la misma pena

Porque se vuelve a caer

Y ya no queda consuelo

Para la tercera vez

Yo siento como tu aurora

Me acompaña hasta el ocaso

Y me lleva entre sus brazos

Por el alma suspendido

Que para amar no hay olvido

Y a ti, te quiere Triana

Porque eres su destino

Y su puerto de acogida

La vela de ese velero

Que lleva a los trianeros

Por ese mar de la vida

Un mar de la vida bajo un cielo de esperanza, un mar de la vida en el que navegan las mas diversas historias protagonizadas por seres humanos, déjenme que este momento les cuente una de esas historias, una historia de esperanza, un ejemplo mas que demuestra que en muchas ocasiones podemos ser capaces de aferrarnos a nuestros pensamientos aunque sepamos que la realidad es otra, porque a veces, cuando todo falta, cuando la vida nos da la espalda, cuando todo parece perdido, solo la esperanza puede mantener a flote el barco de nuestra fe.

Yo se que algunos de vosotros sois costaleros y también otros muchos, como yo, sois padres de costalero, vosotros sabéis lo que es llevar al hijo de dios y a su madre, vosotros sabéis lo que es sufrir con deleite, con gozo incomparable, pues bien esta historia es un homenaje a todos aquellos que se fueron después de haber llevado sobre sus hombros un paso por Sevilla, de haber tenido la suerte de sentir lo que vosotros habéis sentido muchas veces.

Este es un homenaje al amor y sobre todo un canto al sueño de la esperanza.

Quiero contarles a ustedes

Una historia muy sencilla

Una historia verdadera

De las que vive Sevilla

No quieran ponerle nombre

Al principal personaje

Porque no importa quien sea

Lo importante es el mensaje

Un mensaje de esperanza

Que llegue a los corazones

Y que a los desesperados

Les colme las ilusiones

Era un domingo de ramos

De palmas y de esplendores

Cuando parece que el alma

Se sube a los miradores

Para contemplar Sevilla

Desde un balcón de emociones

Era un domingo de ramos

De gente y chiquillerío

De colores y alegría

De capirotes y cirios

Era un domingo de ramos

Con sabor a primavera

Un domingo sevillano

Con los sueños por montera

Era un Domingo de Ramos

Una silla en la campana

Y allí sentado a mi lado

Un señor peinando canas

Un hombre muy sonriente

Casi en la tercera edad

En sus ojos se notaba

Una especie de ansiedad

Una forma muy nerviosa

De fumar los cigarrillos

Una manera insistente

De mirar para el palquillo

¿Cuándo llega la primera?

De vez en cuando exclamaba

Y yo siempre respondía

La borriquita a las cinco

Debe estar en la Campana

Comenzaron los desfiles

Por la carrera oficial

Y aquel señor se portaba

De forma muy singular

Cuando arriaba algún paso

A la altura de su silla

El hombre se le acercaba

Y hablaba a la canastilla

¿Manolito estas ahí?

¡Dime algo por tu madre!

¿Manolo contéstame?

¿Manolo cuando te sales?

Y así una y otra vez

A cada paso que para

Siempre las mismas preguntas

Sin que le respondan nada

Son preguntas que le brotan

Del dolor que hay en su alma

Son preguntas que en su boca

No han perdido la esperanza

Manolito ¿y el costal?

¿Te molesta la morcilla?

¡Manolo que chicotá!

¡Que pedazo de cuadrilla!

Y manolito no esta

Manolito no responde

Que manolito se fue

Al son de campanilleros

A dar una chicota

Con la cuadrilla del cielo

¡Manolito que esta noche

Cuando se duerma Sevilla

Yo té seguiré esperando

Al lado de la capilla

Pero su padre no entiende

Que Manolito se ha ido

Que no volverá a sacar

La papeleta de sitio

Él cree que volverá

Que hace un rato que lo ha visto

Que sigue siendo costero

De la tercera de cristo

Él piensa que no se ha muerto

Que han cambiado el recorrido

Y el domingo dura un año

Por eso no ha vuelto el niño

Y le queda la esperanza

De ver de nuevo a su hijo

El que se marcho una noche

Cayendo desfallecido

Llevando sobre su cuello

El calvario de otro hijo

El que se dejo la vida

En un esfuerzo infinito

Que rompió su corazón

Bajo un gólgota de lirios

Él sigue esperando en vano

Lo que no tiene sentido

Que su razón es la fe

Y su fe no la ha perdido

Era un Domingo de Ramos

Cuando se escribió esta historia

Y yo he querido contarla

Para resaltar su gloria

La gloria de los que sufren

De los que enjugan sus penas

De los seres maltratados

De los que cumplen condena

La gloria de los enfermos

De los niños, los ancianos

De los desfavorecidos

De los barrios marginados

La gloria de los hambrientos

De los pueblos oprimidos

De todos los sufrimientos

Y de todos los olvidos

La gloria de los que siempre

Se aferraron a la fe

Y tuvieron confianza

Al poner sobre sus vidas

La fuerza de la esperanza

Hay tanta gente que busca y no encuentra, tanta gente que son hijos del desamparo que deberíamos repasar la conciencia colectiva e individual para tratar de aportar nuestro grano arena a las situaciones de incertidumbre, y es que junto a la labor callada de muchos cristianos comprometidos con las causas del mundo también existe la omisión permanente de otros muchos.

Precisamente el seno de las hermandades es una buena sementera para estas iniciativas de caridad cristiana, porque no deberíamos hacer uso de la hermandad tan solo para salir de nazareno un día al año, ni para presumir de nuestros titulares, ni de nuestras cuadrillas, sin mas contraprestación que la satisfacción de sentir la costumbre o la tradición o la identificación con el barrio.

Ser hermano de una hermandad debería ser el reflejo de una conducta de amor, la entrega a los demás, el compromiso con lo que representan los titulares de nuestras hermandades, ese es el verdadero camino del que espera con fe, ya es hora de que empecemos ha hablar mas del contenido que del exorno, ya es hora de que hablemos mas de lo que representan las imágenes y los símbolos que van sobre nuestros pasos que de los elementos que adornan las cofradías, aunque tengamos el legitimo derecho de sentirnos al mismo tiempo orgullosos de ese patrimonio que constituyen nuestro arte cofrade, nuestros enseres, nuestra música, nuestras bandas, nuestras cuadrillas de costaleros, en definitiva nuestra cultura.

Dejemos que el tiempo nos lleve por las posibilidades de nuestras hermandades, y sobre todo, pongamos nuestra esperanza en que nuestros jóvenes cofrades sean los que encuentren ese camino de descubrimiento y renovación de la pasión de cristo para que puedan adquirir un verdadero compromiso cristiano.

La noche se ha convertido en un bello manto de estrellas, los luceros se han concedido la licencia de alumbrar en un solo sentido, los corazones de muchos sevillanos llevan días preparándose para el gran encuentro, los viejos muros de la Sevilla romana se estremecen entre la historia y las realidades, hay un aire exquisito que todo lo envuelve, y allí, en la macarena, un arco se convierte en sueño, cuantas veces ha vivido este día, cuantas veces se ha sentido elemento perfecto para enmarcar la gloria, para ponerle una aureola a la belleza.

En San Gil, en San Luis, en la resolana, en la calle parra, en feria, en definitiva en todo el barrio se empiezan a estremecer los sentimientos, los viejos macarenos son verdaderos expertos en sensaciones, sus corazones están hechos a prueba de sacudida, durante años vienen teniendo la suerte de contemplar la mas bella flor del paraíso sin moverse del barrio, y es que allí quiso dios crear el jardín perfecto para que esos corazones se impregnaran día a día con la presencia de la flor de la esperanza.

Durante todo el año la basílica es un reguero de almas a la búsqueda del consuelo, allí, hasta los susurros son cómplices del amor por una imagen que es reina y soberana, allí se vive en un permanente encantamiento porque, en ese lugar, confluyen los sentimientos y encuentran su destino.

Esta ciudad nuestra tiene que haber sido diseñada por la mano divina, no tiene otra explicación, porque de otra manera no seria posible tanto equilibrio, tantas posibilidades para el espíritu, no se podría concebir una Sevilla sin la imagen y la advocación de la macarena, seria como arrancarle a nuestra realidad un Girón de la esperanza.

Ensimismada en la madre celestial, la ciudad se acicala para la gran madrugada, cuando todo se amalgame en sensaciones se dará cita concreta en los aledaños de las cancelas de la gloria.

Hoy te doy gracias Dios mío

Por crearme sevillano

Gracias señor por la dicha

De soltarme de la mano

En esta ciudad bendita

Donde todo es diferente

La forma de respirar

La alegría de su gente

El olor del azahar

El duende que hay en su ambiente

Aquí yo encuentro la suerte

Y el bálsamo de mis penas

Y cuando quiero la gloria

Me voy a la macarena

Y allí estoy como en el cielo

Al laito de una madre

Acurrucao en su mirada

Sintiendo como esos ojos

Bellos como dos luceros

Son la luz de la esperanza

Que calma los desconsuelos

Allí, junto a la muralla

Entre vestigios romanos

Le entrego mis pensamientos

Y me agarro de su mano

Y ante su clara presencia

Cierro los ojos y veo

Al señor de la sentencia

Entre un clamor de deseos

Y a la centuria romana

Airosa con sus plumeros

Desfilando por Sevilla

Sirviendo de mensajero

Anunciando que ya viene

Caminando entre suspiros

La que acaricia mi alma

Cada vez que yo la miro

No puede haber otra estampa

Ni en la tierra ni en el cielo

Ni en los pinceles del arte

Ni en el universo entero

No es posible más belleza

Ese paso suspendido

Como si fuera flotando

Al compás de los latidos

Que dejan los corazones

De sus hijos que la quieren

¡Bendita seas Macarena

Entre todas las mujeres!

No puede existir mas arte

Ni más gracia soberana

No hay momento mas sublime

Que su entrada en la campana

Y ese garbo por Sevilla

Y ese destello de luz

Y esa salve que le cantan

Las hermanas de la cruz

Y esa vuelta hasta su casa

Al filo del mediodía

No hay recuerdo mas intenso

Que ver la calle vacía

Después de vivir un sueño

De esplendor y de armonía

Y el arco por donde pasa

Para enmarcar su belleza

Ese arco de nostalgia

Donde Sevilla le reza

Ese arco de la gloria

Que es promesa y es sentir

No existe cara más bella

Que la que reina en San Gil

Ni madre más dolorosa

Ni mujer más sevillana

Ni una tez más asombrosa

Ni más luz de una mañana

Ni perfil más hechicero

Ni color más delicado

Ni un amor más verdadero

Ni un sueño más bien soñado

No existe ni existirá

Una emoción más sincera

Ni una ráfaga más pura

Ni grandeza más serena

Ni un lucero más radiante

Ni la más blanca azucena

Que la mirada y los ojos

Que tiene la macarena

No existe, ni existirá

Un sentimiento mayor

Que esas lagrimas de pena

De la madre del señor

La madre que siempre fue

Joven como una chiquilla

Bella esperanza de amor

La señora de Sevilla

Esperanza, siempre esperanza, siempre el bello rostro de una dolorosa encarnando el bálsamo de todos los desconsuelos, siempre la esperanza, y es que al recorrer Sevilla uno descubre ese diseño perfecto del itinerario de los sueños, esa toponimia de la fe que como decíamos antes no puede ser otra cosa mas que la obra de dios, porque es difícil entender que sea la mano del hombre la que tan cerca de esa reina de Sevilla haya creado a otra reina, a otra esperanza de amor y de gloria, a otra madre dolorosa que reparta consuelo, que deposite su gracia sobre los corazones.

Allí, junto a las aulas de la sabiduría, junto a los jóvenes que aprenden y se forman para la vida esperando en ella, se encuentra la esperanza salesiana, la trinitaria madre de los que necesitan de su aliento, otro tesoro sevillano, la ultima esperanza de la semana de pasión, y es que en Sevilla la pasión de cristo se cierra, como un símbolo de fe, con la esperanza.

Tiene la esperanza eterna

Una casa en el camino

Una iglesia salesiana

Que es un reflejo divino

Allí se encuentra la vida

A los pies de una señora

Que comparte su morada

Con María Auxiliadora

Tiene la esperanza eterna

Un bálsamo y un consuelo

Y una madre dolorosa

Que es mediadora del cielo

Allí se palpan los sueños

Y se calman las torpezas

Bajo el ejemplo infinito

Del amor y la belleza

Tiene la esperanza eterna

Un rincón en su capilla

Donde se guarda la esencia

De la esperanza en Sevilla

Allí donde la tristeza

Se convierte en alegría

Cuando se cambian las dudas

Por el amor a María

Tiene la esperanza eterna

Su casa en la trinidad

Para guardar a la reina

De la dulzura y la paz

Allí junto aquella madre

Junto a tantos sentimientos

Se puede soñar el cielo

Y descubrirlo por dentro

Tiene la esperanza eterna

Un hijo con cinco llagas

Cinco puñales de vida

Cinco lagrimas doradas

Allí junto a su martirio

El amor calma su pena

Porque no hay mejor consuelo

Para tan bella azucena

Tiene la esperanza eterna

Un templo para el destino

Donde la espera una reina

La rosa de Capuchinos

Solo hay que alargar la mano y a pocos pasos en la collación de san roque, junto a la vieja Sevilla de extramuros, donde las emociones se concentran en forma de domingo de ramos se encuentra otra de las perlas de amor, otra de las esperanzas nuestras, otras de las advocaciones de fe mariana, si cerramos los ojos y dejamos volar nuestros sentidos podremos oír sones de centuria macarena desbordando esa luz especial de las tardes de la pasión sevillana. Podemos imaginar el verde terciopelo tiñendo el color de los sueños por san Pedro y la encarnación camino de la campana o dibujando sombras y recuerdos en ese recorrido de vuelta por Boteros y Caballerizas , mientras se acerca al compás de los corazones a la encrucijada de la plaza de Carmen Benítez.

Otra expresión de ternura, otra justificación para la fe, otro encuentro con quien siempre nos espera, de nuevo el verde terciopelo abrigando almas nazarenas, así se dibuja el itinerario de la Sevilla cofrade, paso a paso, lagrima a lagrima, sueño a sueño.

Allí, en San Roque, también reina la esperanza.

Gracia y esperanza plena

Reflejo de la pureza

Perfil de gloria y dulzura

Esplendor de la tristeza

A ti señora te rezan

Tus devotos sevillanos

Entre velas de promesas

Y el consuelo de tus manos

Gracia y Esperanza plena

Amanecer de la aurora

Amor que todo lo puede

Madre de Dios mediadora

Acógeme en tu ternura

Dale consuelo a mi vida

Para que nunca le falte

Ni tu luz ni tu acogida

Vuela un suspiro en tu boca

Por tu hijo en su condena

Pero el calor de tu pecho

Es bálsamo de sus penas

Gracia y esperanza plena

Que por la calle caminas

Con el compás de los sueños

Envolviendo cada esquina

Madre que todo lo puedes

Por el amor que derramas

Madre que la fe despiertas

Entre aquellos que te aman

Gracia y esperanza plena

Por las calles y plazuelas

Orgullo sienten tus hijos

Bajo las trabajaderas

Madre de todo el que sufre

De los mas desamparados

Madre de los oprimidos

Y de los abandonados

Dales señora tu fuerza

Y abrázalos con la fe

Tú que nunca los olvidas

Ni los dejas de querer

Gracia y esperanza plena

Que en Sevilla eres consuelo

Y en tu barrio eres disloque

Cuando tu amor se derrama

A las puertas de San Roque

Si hay algo que distingue al sevillano es su amor vehemente, a veces casi enfermizo, por las cosas de su ciudad, por su barrio, por sus fiestas, por sus costumbres, por sus personajes, desde su ámbito mas cercano a lo mas global., desde su calle al monumento más emblemático.

Desde niño, nuestros padres nos enseñan a querer nuestras cosas, a amar la ciudad mostrándonos la suerte que tenemos por esta especie de regalo que dios nos hizo poniendo nuestra vida a la sombra de la giralda.

Y yo reconozco que es así, incluso reconozco la labor de proselitismo que he realizado hacia mis hijos, pero también la que he hecho con mis amigos de fuera, ofreciéndoles una ciudad casi idílica, mítica, bella hasta lo incalculable y romántica hasta lo impredecible., una ciudad donde los barrios son fundamentales a la hora de la primera identidad, aunque a veces uno comprende que es difícil contar lo vivido, sobre todo cuando se trata de toda una vida de contemplación.

Pero cuando el sevillano se estira y sublima esas vivencias es cuando se trata de recordar el pasado, el tiempo vivido y anclado en el recuerdo, lo que los ojos de niño y de joven plasmaron para siempre sobre esa película en blanco y negro de la añoranza y de la nostalgia.

Hoy, quiero pedirles que perdonen a este pregonero por personalizar esta parte del pregón, por convertirme en un sevillano vehemente que ama casi de manera enfermiza a su ciudad y sobre todo a su barrio de Triana.

Hoy quiero soñar despierto para contarles como la Esperanza con el nombre más chiquitito dejo grabada su imagen en la retina del niño trianero que asomado a un balcón de la calle san jorge, junto a la plaza de abastos, tuvo la suerte de ver desfilar ante él la vida, los sueños y las devociones de un barrio.

Ayer estuve soñando

Paseando por Triana

Recordando aquellos tiempos

Recordando aquella casa

Con balcones a la calle

A la vera de la plaza

Por esa calle San Jorge

Día y noche desfilaban

La vida y los sentimientos

El alma de esa Triana

Que se me quedo en el tiempo

La gente de los corrales

Los cosarios de los pueblos

Los gitanos de la Cava

Los vendedores de sueños

Los que pregonan barquillos

Las voces de los loteros

El que rifa las milhojas

El carro del carbonero

Al amanecer del día

Señoritos y flamencos

Buscaban el Altozano

Para un remate festero

Vestidos de tiros largos

Tranviarios y diteros

Los niños jugando al aro

El guardia y el barrendero

Y las charlas de verano

De los coches de caballo

Se bajan los extranjeros

Para contemplar el arte

Que tienen los alfareros

Desde el balcón de mi casa

Es mucho lo que contemplo

La Velá del Altozano

Con su tablao flamenco

El paso de un simpecado

Con sus cantes rocieros

El rosario de la aurora

Con sus salves y su rezos

El Corpus Chico del barrio

Oliendo a juncia y romero

De esta visión prodigiosa

De estos olores intensos

Lo que más me llega al alma

Es recordar el incienso

Al llegar Semana Santa

Con la cuaresma y su tiempo

Por delante de mi casa

Hay un desfilar intenso

De túnicas penitentes

De perfiles nazarenos

Desde el Domingo de Ramos

En Triana hay un sendero

De penitencia y de vida

La vida como argumento

Nunca la muerte, la vida

Que Triana nunca quiso

Que Cristo desfile muerto

El Domingo es de las penas

El lunes poder y ejemplo

De "madruga" cae tres veces

El viernes se esta muriendo

Pero vuelve de Sevilla

Y el Cachorro no se ha muerto

Cristo también es camino

Bajo la cruz del tormento

Nazareno de carey

Que su madre va siguiendo

La esperanza de la O

Y la o como ornamento

La del nombre chiquitito

Para el dolor más inmenso

Al recordarte señora

Me siento más trianero

Porque el recuerdo me trae

Tu rostro bajo aquel cielo

El rostro de la Esperanza

El rostro de mi consuelo

Eres la O del orgullo

Que sienten tus costaleros

Eres la o de la orilla

Del río de mis desvelos

La o de la oscura pena

Que no tiene ya consuelo

La o de aquella osadía

Que con Jesús cometieron

Como pudo a ti crearte

Tan solo un imaginero

Eres la obra de Dios

Eres la obra del cielo

Cuando vuelves a Triana

Con la noche por sendero

Eres la flor más hermosa

Del jardín más trianero

Por esa calle Castilla

Eres puro sentimiento

Cuando tu candelería

Se esta casi consumiendo

Que bonita esta Triana

Cuando te sale al encuentro

Que bonita esta tu cara

Por ella no pasa el tiempo

Ni un pincel con mil colores

Ni un poema con mil versos

Pueden describir la gloria

De un recuerdo tan intenso

Ya está mi Virgen bendita

En el altar de su templo

Se están cerrando las puertas

Y la Esperanza esta dentro

Y también se están cerrando

Los balcones a la calle

De mi casa del recuerdo

La de la calle San Jorge

A la vera de la plaza

Donde quedaron mis sueños

Con el comienzo del milenio los seres humanos estamos ante nuevos retos, nuevas metas, y es que el desarrollo económico, político y tecnológico nos esta conduciendo, sin duda, a una nueva era, sin embargo son tantas las causas pendientes, que deberíamos reflexionar sobre el camino que esta siguiendo la humanidad, porque solo hay que observar nuestro entorno para ver la cantidad de cosas que nos quedan por resolver, terrorismo, guerras, hambre, enfermedades, injusticias, marginación y tantas otras.

Y es que ante este panorama demoledor tan solo nos queda el recurso de alimentar nuestro espíritu y aferrarnos a la esperanza, a creer en un nuevo mundo donde el orden no se establezca por la fuerza, sino por la razón, la igualdad y el equilibrio.

Esperamos de ti madre mía de la esperanza que nos ayudes a establecer la cordura en la humanidad, esperamos de ti madre mía de la esperanza que nos ayudes a superar las desdichas, esperamos de ti, madre mía de la esperanza, que nos ayudes a establecer los principios de la tolerancia, esperamos de ti madre mía de la esperanza que nos eches una mano en la siembra de la generosidad con el prójimo, esperamos de ti madre mía de la esperanza que tu consuelo extienda la paz por el mundo, esperamos de ti, madre mía de la esperanza, que protejas nuestras almas y nos proporciones el consuelo permanente y eterno para que nuestros corazones gocen siempre de la presencia de tu imagen bendita.

Esperamos tanto de ti, madre mía de la esperanza...........esperamos tanto de ti.

Pensar en los demás, ayudar a los demás, entregarse a los demás, como la divina enfermera, la esperanza de San Martín, la fusionada a la hermandad de la lanzada real, la madre mediadora ante la enfermedad y el sufrimiento.

Dice la tradición que desde la antigüedad las mujeres se encomendaban a ella cuando estaban embarazadas para que cuidara de sus hijos como el que lleva en sus brazos, y nosotros queremos confiarnos a su bello rostro, a su delicada presencia, a su virginal perfil.

Precisamente ante la enfermedad es cuando la esperanza y la fe adquieren su verdadera dimensión, no hay mejor medicina ni terapia para un cristiano que creer que el dios que todo lo puede, y la intercesión de su madre, son el mas beneficioso tratamiento, las dosis de amor mas elevadas, las transfusión de la sangre mas preciada, la de la ilusión para revitalizar los males del alma.

Es entonces, ante los atardeceres del corazón, cuando una mano tendida puede obrar el milagro del amor, ese amor de amplio espectro que cura las enfermedades del espíritu.

Allí esta siempre la madre, con su hijo en los brazos protegiéndolo de todo mal, con su ráfaga de gloria, como si fuera el uniforme de esa gran dama de la salud, allí esta siempre la madre con su cetro de amor que es el sustento de los enfermos y de los impedidos, de todos aquellos que padecen, y que en ella, encuentran siempre el consuelo.

Ráfaga de plata y vida

Madre de dios soberana

Brazos para la acogida

Estrella de la mañana

Tu verde manto es la gloria

Tu bello rostro el sendero

Tus ojos son la victoria

Y tu mirada es el cielo

Enfermera y mediadora

Reina de amor elegida

Consuelo de los enfermos

Bálsamo de las heridas

Encomienda de los males

Amor de los impedidos

Calmante para las penas

De los que te han elegido

Átame a tu cetro eterno

En el ancla de tus manos

Que se apiade de mi alma

Tu consuelo soberano

San Martin honra tu gloria

Y contempla tu mirada

Eres la cura y consuelo

De su divina lanzada

Madre de los sufrimientos

Eres de amor primavera

Y del enfermo esperanza

Por ser divina enfermera

Sevilla seguirá contemplando el desfile de las esperanzas como un símbolo, y la fe seguirá apostando por el futuro de los sevillanos, seguirán los vientos de la vida entrando por las rendijas de los sinsabores pero la esperanza estará presente a cada paso, paliando cualquier secuela del desaliento.

La ciudad establecerá de nuevo los límites de la belleza en un equilibrio, casi perfecto, de concesiones a la realidad y al espíritu, en un combinado mágico de devociones y aficiones, de religiosidad popular y tradición ancestral.

El milagro de los sentires tendrá de nuevo a nuestra tierra como protagonista principal de un tiempo de gloria.

Serán de sombras y luces los atardeceres cuando todo este previsto para el aroma y la primavera se manifieste provocadora y altiva, dispuesta a despertar los sentidos, los altares serán un encuentro con un diseño de volutas de incienso dormido que también tiene que despertar. Abra llegado un tiempo sin retorno, por el camino de la primavera solo son posibles las sensaciones de amor y el gozo de los duendes.

La Sevilla eterna seguirá con sus puertas abiertas para que todos podamos seguir asistiendo a esa gran exposición de imágenes, a esa gran galería de devociones.

En los templos donde la esperanza reina siempre habrá una alabanza, siempre habrá una lágrima de emoción, un rezo profundo, un amanecer luminoso, un atardecer ensimismado, un camino al paraíso, allí donde Sevilla consuele su alma siempre estará una mirada, una mano tendida, un resplandor de la gloria.

En San Gil hay esperanza,

Y en San Roque y San Martin

Y en la iglesia salesiana

Y también hay esperanza

Por las calles de Triana

María llena de gracia

Tiene sembrada Sevilla

De la fe más verdadera

Como la mejor semilla

Bella paloma que vuela

Por el azul de los vientos

Cobijando con sus alas

Los más puros sentimientos

Bendita seas señora

Madre de los sevillanos

Porque tenemos la suerte

De tenerte siempre a mano

Y una puerta siempre abierta

Y una vela y un velero

Para navegar los ríos

Y los mares del consuelo

Bendita seas señora

En el altar que te encuentres

Bendita sea Sevilla

Bendita sea su gente

Con la primavera imaginada desde esta atalaya de los últimos días del año quiero expresar mi alegría y el deseo de este canto ilusionado en la espera de un mundo mejor donde solo reinen los buenos sentimientos, y donde solo destaquen las buenas gentes, sean de donde sean, se encuentren donde se encuentren.

Permitidme que termine mi pregón abrigándome en el puerto del color, quisiera recorrer toda la gama de verdes para encontrar sin duda el tono mas cercano a la esperanza, permitidme que simbolice ese encuentro con el color mágico de la fe y de la espera centrándolo en la visión verde de mi virgen marinera en su singladura noctámbula, en su navegar de devociones, en el amor que derrama, en su imagen de belleza plena, de esplendor luminoso, en esa singladura inmensa del mar de la vida.

Pero quiero extender esta visión de amor y devoción particular y compartirla con todos ustedes y con todos mis hermanos de las otras esperanzas y de todas las otras devociones que Sevilla tiene la suerte de poder disfrutar a lo largo y ancho del callejero de su espíritu.

Que verde es la esperanza que me guía

Que verde es el recuerdo de mi empeño

Entre los verdes campos de mis sueños

Que verde es el crepúsculo del día

Abril ciñe su abrazo en acogida

A un tiempo que destila primavera

Que verde puede ser la larga espera

Para cambiar la muerte por la vida

Que verde es el color de la semilla

Que embriaga de perfume el callejero

Que verde son también los semilleros

Que siembran la esperanza por Sevilla

La luna se convierte en madrugada

Para hacer de la noche un estandarte

Pateros que a compás derrochan arte

Y el amor se respira a bocanadas

Que no quede un rinconcito de mi alma

Sin vivir el espectáculo del sueño

Mis labios de un suspiro son el dueño

Y en el viento de mi vida solo hay calma

Detrás de un penitente van mis pasos

Envueltos en el verde terciopelo

Un surco del amor llega del cielo

Y una esperanza brilla en el ocaso

Que verde es el color de la dulzura

Que verde la pasión y la condena

Son verdes las ojeras de su pena

Y verde es la expresión de su ternura

Sus ojos son la luz que me ilumina

Su sombra es el perfil de una doncella

Su cara es el reflejo de una estrella

Y su gesto el dolor cuando camina

Despacio va subiendo el altozano

Navegando por el mar de los luceros

Salpicándose de barros alfareros

Y llevándose a Triana de la mano

La capilla del Carmen marinera

Le regala su adiós con un pañuelo

Y al cruzarse las dos cruzan el cielo

Porque el cielo es la noche trianera

Que verde es la ilusión de tanta gente

Que verdes son las aguas de ese río

Que verde es el intenso escalofrío

Que verde es la Esperanza por el puente

he dicho.................