CONECTAMOS CON CHARO PADILLA

08.04.2019

Por Luis Baras


Esa era la frase habitual con la que te daba paso en las noches y madrugadas de los sueños cofrades de los sevillanos. Yo trataba de ser, a ciegas y a través de la radio, el hilo conductor de lo que estaba pasando en la ciudad. Incluso hasta en los días de lluvia, cuando no salía ninguna cofradía, cuando contábamos durante horas que no ocurría nada. Y allí estaba tu voz, siempre llena de actitud y de fuerza, sin escatimar ni bulla ni obstáculo que pudiera enturbiar la información inmediata y directa de los que estaba pasando ante tus ojos. Daba igual las noches estrelladas de duendes que los chaparrones impertinentes. Tu siempre pudiste con todo. Mientras más dificultad más emoción en tu narración. Yo, desde el estudio, recibía tu presencia en forma de sonidos y escuchaba racheos, respiraciones, comentarios de costaleros, voces de capataces y contraguías, señoras que llevaban horas en la espera, niños aprendiendo sevillanía, miembros de junta, policías, aguaores, tíos de la caña, floristas, camareras de vírgenes, ,bandas, llantos y sobre todo, emociones.

Durante 27 años fuiste, como el resto de mis compañeros del Llamador, mis ojos y mi guía en esa inmensa y hermosa tarea de contarle cada día a la ciudad lo que la propia ciudad estaba viviendo. ¿Recuerdas cuando nuestro querido y añorado director Luis Baquero, inventor del Llamador, nos decía aquello de..."Para los oyentes lo importante no es la voz de los redactores, lo importante es como suena Sevilla, su gente y sus Semana Santa" .... eso te tomaste al pie la letra.

Te he visto ante el atril de los retos, ante esa altar de las glorias de la Sevilla cofrade que tanto has contado y de la que tanto sabes por haber husmeado en sus entrañas buscando su alma más profunda y su verdad. Ante ese examen complicado, intenso, tan especial y difícil que inscribe a una pregonera o a un pregonero, para siempre, en la historia de la ciudad para bien o para mal. Te he visto mujer, madre y esposa. Te he visto, cofrade. Te he visto, segura, firme, comprometida y sabia. Te he visto envolver tu mensaje en el capote de tu propia experiencia para recibir a porta gayola ese toro tremendo del Pregón del que sabes bien que puede darte una corná en tu prestigio o hacerte mito. Te has expuesto, te has arrimado al pitón del reto y has mandado. Te has fajado con la palabra y te has lucido siendo fiel a tu forma y a tu estilo. Clara, directa, segura, sólida, emocionante, sin miedo, pero con respeto por tu propia conciencia al saber cuanto exponías en el envite. Tu condición de ser la primera mujer era la expectativa general, llegando a ser noticia nacional tu nombramiento pero, los que te rodeamos, sabemos que eso para ti era lo de menos ya que, en tu caso, jamás tuviste que romper ningún techo de cristal profesional porque tu puesto y tu trabajo te lo has ganado a pulso desde que llegaste al mundo la comunicación.

Ayer saliste airosa y por la puerta grande del Maestranza. Sevilla te ha devuelto en forma de agradecimiento y de ovación lo que durante tantos años le habías dado. Hoy Padilla, me has hecho imposible retener mis lagrimas al verme reflejado en la verdad y en la realidad de tu experiencia y en la de tu fe y tus principios. He visto las lágrimas en los ojos de mi propia hija al fundirse en tus palabras como madre de nazarenos sevillanos. Querida Charo, tu pregón lo has bordado con el hilo de oro más delicado del taller de las emociones y los ha tallado con la gubia del talento, la sensibilidad y la sabiduría. Si por vínculo profesional y familiar siempre te tuve cariño y te valoré como compañera, periodista y amiga...a partir de ahora quiero dejar constancia de que también "Te admiro".