Pregón de la Semana Santa de Triana

Pronunciado en Triana, el 25 de marzo de 2004

por Luis Baras

Cae la tarde, las luces del viejo arrabal se funden con el último azul del día, el espejo del río es notario de tanto contraste y tanta belleza, aunque la noche es cálida un profundo escalofrío recorre el ambiente, Sevilla contempla extasiada un atardecer distinto, parece que el barrio esta sumido en un sueño profundo de vísperas, mañana es domingo de ramos y Triana tiene prisa porque pase la noche y llegue el tan esperado día, los sueños de diáspora trianera se están debatiendo entre los recuerdos allá donde se encuentren, en las letanías, el las candelarias, en los pajaritos, en el polígono, en las tres mil, en tantos barrios que se llenaron de las esencias mas trianeras cuando el corral se hizo imposible y la vida jugando al trueque del desarrollo les cambio nostalgias por pisos.

Cuando los sueños son sueños

Es como una flor que espera

Por eso los trianeros

Sueñan con la primavera

Soñadores de su barrio

De su vida, de sus penas

Soñadores de otros tiempos

Del vivir de otra manera

De las cosas que se fueron

Y que nunca volverán

Pero que al cerrar los ojos

Se pueden acariciar

No volverán los corrales

Ni las casas de vecinos

Ni los cosarios de pueblo

Ni aquel tranvía del cinco

Ni volverá el carbonero

Ni los cines de verano

Ni el flamenco en las tabernas

Ni el compás de los gitanos

Ni las barquillas pescando

Al amanecer del día

Ni volverán los olores

Del adobo y la pavía

No volverán esas noches

De tertulia y vecindad

Ni habrá murga en el tablao

Los días de la velá

Ni aquellas cruces de mayo

Ni el rosario de la aurora

Y los niños por las calles

No jugaran a las bolas

Ni cocerán zapateros

A la hora de la siesta

Y las casas de ese sueño

Tendrán las puertas abiertas

Ya no pregona en las calles

El hombre de la arropía

Ni se perfuma el aroma

De ropa recién tendía

Tantos y tantos recuerdos

Por siempre tan añorados

De los que ya nada queda

Porque aquel tiempo es pasado

Pero hay cosas que perviven

Que el barrio nunca ha olvidado

Ni olvidaría por mucho

Que le ofrecieran a cambio

Triana no cambiaría

Ni su nombre ni sus rasgos

Y mucho menos su historia

Y mucho menos su marco

Ese mirar a Sevilla

Como un novio enamorado

De tanta y tanta belleza

Que llega del otro lado

La otra orilla del río

De ese río tan amado

Que le regalo un espejo

Para que se mire el barrio

Triana no olvidaría

Cosas que son un regalo

Una bendición del cielo

Un tesoro del pasado

Seria olvidar su alma

Seria borrar sus rasgos

Seria como negar

La raíz que la ha formado

Por eso sigue presente

Y ella nunca ha renunciado

Ni a Jesús en su condena

Ni a su madre bajo palio

Solo queda la nostalgia

Solo ese recuerdo vago

En lo más hondo del alma

De aquellos que se marcharon

Aquellos que aunque se fueron

Siguieron enamorados

Y se vuelven a Triana

Cada domingo de ramos

Buenas noches, Sr. Cura párroco de la real parroquia de Santa Ana, dignísimas autoridades, hermanos mayores y miembros de juntas de las hermandades de la estrella, San Gonzalo, las cigarreras, esperanza de Triana, la o y el cachorro, igualmente mi abrazo entrañable para los demás hermanos mayores y miembros de hermandades presentes en este acto, cofrades de Sevilla, amigos todos, señoras y señores.

Quiero agradecer al distrito de Triana y los remedios y en su nombre a la teniente alcalde delegada doña Susana Díaz la atención y la confianza que han depositado en mi persona al encargarme este primer pregón de la semana santa de Triana, gracias por creer en mi para este importante acto que espero que sea el inicio de una larga tradición en el futuro, igualmente quiero agradecerle a doña Susana Díaz, la presentación de mi persona, llena de matices y valoraciones inmerecidas y de cuyas palabras extraigo que no solo las ha guiado el mejor afecto personal sino también su comunión con el pregonero en los sentimientos trianeros que a ambos nos confluyen por nacimiento y por vivencias personales. Gracias Susana, muchas gracias.

Quiero empezar este pregón, con el deseo de dedicárselo a todos los que sufren en este momento las consecuencias del terrorismo, porque es difícil hablar de la pasión de cristo y del sufrimiento y la pena de su madre sin plantearse que junto a nosotros muchos de nuestros hermanos están padeciendo también su pasión y su pena de la manera más profunda e ingrata, ellos son los cristos y las vírgenes terrenales, los que también sufren por la sin razón de otros hombres que anteponen creencias, ideologías y religiones por encima de la libertad, la dignidad y el respeto a los seres humanos, por todo ello no tendría sentido este canto a la pasión de Cristo sin tener en cuenta los seres que sufren a nuestro lado. Este pregón va por ellos y por su memoria.

¿Que es la identidad de un barrio? ¿Sus monumentos? ¿Sus calles?? ¿Sus plazas?, ¿su arquitectura?, ¿sus tradiciones?, ¿su situación geográfica? ¿Su folklore?, ¿sus creencias? ¿Sus devociones?, pues es posible que sea todo esto y alguna cosa mas, pero falta un factor que al menos para mi es el más importante...sus gentes. Los ciudadanos que nacen, crecen y se desarrollan en él, que lo habitan y lo viven o que incluso el destino los aparta pero lo siguen teniendo siempre vivo y presente en su memoria. Incluso también aquellos ciudadanos de adopción que sin haber nacido en su seno, sin haber crecido entre sus calles lo asumen como suyo y lo ennoblecen con su deseo de sentirlo como propio abrazándolo con su cariño.

Triana, como otros barrios de Sevilla es así, es el resultado de sus gentes, de sus iniciativas y de sus vivencias plasmadas y consolidadas a través siglos.

Una Triana viva, orgullosa de su identidad y de su aspecto, de sus tradiciones y de su historia pero orgullosa también de ser un barrio de Sevilla a la que se abraza cada día por ese río de los encuentros que refleja sus perfiles y los confunde en un mestizaje de amor y de admiración mutua, no se entendería ni Sevilla sin Triana ni Triana sin Sevilla porque son la misma cosa, el mismo latido. El mismo sentimiento.

Las luces del alba recortan el perfil del barrio, las espadañas se dejan acariciar por la brisa del amanecer, mientras los vencejos más madrugadores parece que quieren despertar a Triana, como queriendo anunciarle que estamos en el preludio de la semana mas esperada por muchos trianeros. El domingo de ramos amalgama todos su colores para dibujar el cuadro de la pasión, un cuadro realizado sobre el lienzo de los sentidos que empezara a esbozarse en la calle san jacinto y terminara en la madrugada del sábado santo cuando el último trazo tenga el tono del cierre de las puertas del patrocinio.

Todo esta dispuesto para la gran ceremonia de las emociones. A eso de media mañana el barrio es un bullir de gentes con ropa de fiesta que recorre sus calles principales de punta a punta, siempre viene a mi memoria un tiempo en el que en Triana se estrenaba ropa nueva, eran dos fechas señalaitas y singulares, en los días de la vela y el domingo de ramos.

Los templos son un hervidero de miradas fijas en las imágenes y los pasos, todo contribuye a crear un clima diferente a los demás domingos del año, a media mañana aparecen los primeros antifaces azules y morados, es el recorrido necesario para visitar amigos y familiares antes de dirigirse a la recoleta capilla donde vive la madre que ilumina Triana. Es un día de reencuentro con los vecinos de siempre, al caminar por la calle es como si todas las caras te resultaran conocidas, como si se tratara de vecinos de los que uno se cruza cada día, pero la razón de tal impresión radica en el gesto, en ese gesto inconfundible de satisfacción que distingue a los trianeros cuando viven uno de sus días grandes.

El sol de la tarde recorta el pequeño cuerpo de campanas de la capilla, el blanco de su cal es como una premonición de la blancura de luz que nos espera, el señor enjuga sus penas con un gesto doliente y pensativo ante la cruz de su calvario, su canasto dorado es el cobijo del esfuerzo y del trabajo bien hecho, los sones de la banda marcan los primeros compases de la semana santa en Triana, el milagro de la pasión según Triana comienza a consumarse, es la gente abarrotando la calle quien le da el sabor necesario al paso de la cofradía.

Y detrás viene ella, calle san jacinto arriba camina llorosa y triste, es la estrella coronada derramando la devoción a su paso, como es posible un caminar tan perfecto, como es posible tanta belleza paseando por la calle, siempre de frente.

La encrucijada del Altozano es despedida y reencuentro para las hermandades de Triana, que bella es la visión de un palio a lo lejos en la plenitud de la tarde, bajo los rayos del sol tibio de la primavera.

Esa visión perfecta es como ver alejarse el motivo de tanta inquietud concentrado en los corazones que llevan un año esperando, el domingo de ramos tiene sabor a barrio y el regusto de convertir la tarde en terciopelo.

Y te vas señora dejando el vacío tras tu paso, caminas con tu mirada enredada entre las barandillas del puente, ¿qué puede calmar tus angustias señora? Ni siquiera el corazón acogedor de tus hijos.

El Domingo de Ramos arrecia de esplendor y en los rostros de los trianeros una sonrisa de satisfacción confirma que la primera ya esta en la calle, que la estrella se pierde por el puente camino del centro para hacer todavía más grande su gloria.

Cuando llegue la madrugada Triana la estará esperando de nuevo para recibir su gracia soberana. Vendrás de vuelta señora con la misma penita que te marchaste, ni siquiera la brisa de la noche habrá tenido fuerza suficiente para secar tus lagrimas, por eso tus ojos resaltaran sobre la aureola de tus ojeras, sabes que Triana te esta esperando, sabes que la calle san jacinto te abre de nuevos sus brazos para llevarte al amor de tu capilla, allí donde se concentran las miradas, allí donde Triana venera al domingo de ramos.

Hay un rumor que se extiende

Que esta inundando Triana

Un boca a boca insistente

Desde el puente hasta la cava

Un nerviosismo en la gente

Un bullir de nazarenos

Un cielo lleno de globos

Un ambiente trianero

¿Que esta pasando en el barrio?

Que tiene otra melodía

Y tiene un color distinto

Desde que ha empezado el día

Las calles están repletas

De ilusiones y de anhelos

De chiquillos con sus padres

De jóvenes y de abuelos

El aire huele a torrija

Y almendra garrapiñada

A esos olores de fiesta

A los que huele Triana

Ya están las puertas abiertas

Luce el sol desde temprano

Y un duende le dice al día

Que hoy es domingo de ramos

Ya están las puertas abiertas

La cruz de guía plantada

Esta saliendo a la calle

La valiente de Triana

Valiente para enfrentarse

Con el dolor más profundo

Por su hijo que es consuelo

De las penas de este mundo

Valiente, siempre valiente

Siempre alumbrado su estrella

Siempre sus ojos presentes

Cuando te cruzas con ella

Valientes son sus hechuras

Valientes sus nazarenos

Y quizás los más valientes

Sus hermanos costaleros

Esos que van a Sevilla

Marcándole su sendero

Que se marchan con la tarde

Y vuelven con los luceros

Valiente porque es la vida

Valiente por corazón

Valiente entre las valientes

Bendita estrella de amor

Estrella, quisiera verte

Con la cara despejada

Sin corona y sin encajes

Solo tu tez sonrosada

Quisiera verte señora

Paseando por la cava

Como una mujer del barrio

Como cualquier sevillana

Estoy seguro señora

Que ante tu sola mirada

Mi corazón trianero

Al punto te delataba

Pues seria inevitable

Que el alma se me escapara

Al contemplar una reina

Aunque fuera de paisana

Te imagino madre mía

Visitando a tus hermanas

A la o, o a patrocinio

O a la salud en su casa

O a victoria en los remedios

Si por su capilla fueras

Que alegría le darías

A tu hermana cigarrera

Y también yo me imagino

Como seria la cara

De la esperanza en pureza

Si a su capilla llegaras

También puedo imaginarme

Como seria esa charla

Hablando de vuestras cosas

Y nuestra semana santa

¿Tú te miras en el río

Cuando por el puente pasas?

¿Que te pareció la luna

Alumbrando a la giralda?

¡Que aplauso de escalofrío

El de este año en mi entrada!

¡Tu sabes que a mi me gusta

Que me digan guapa y guapa!

¡ A mi lo que más me gusta

Una saeta con alma ¡

¡Pues yo siempre me emociono

Al llegar a la campana!

Pero estoy seguro madre

Que también en vuestra charla

Surgirían comentarios

Sobre devotos y almas

Los hermanos que os rezan

Los que solo son fachada

Los que son insolidarios

Los que por otros trabajan

Las mujeres nazarenas

Las promesas sin palabras

Las peleillas de junta

La gente que tanto os ama

En fin quien mejor que ustedes

Para saber lo que pasa

La verdad de nuestras vidas

Y nuestra semana santa

Seria como en un cuento

Como una historia sagrada

Seria como la gloria

Pero la gloria en Triana

Y aunque todo sea un sueño

Este sueño no se acaba

Y te seguirán mis ojos

Entre varales de plata

Cada domingo de ramos

Estaré ante tu morada

Para seguir disfrutando

Del amor de tu mirada

Cada domingo de ramos

Me tendrás ante tus plantas

Para contemplar las penas

Del hijo de tus entrañas

Cada domingo de ramos

Acudiré a tu llamada

Con los ojos bien abiertos

Para no perderme nada

Que quiero que mis recuerdos

Se alimenten de mi alma

Y en mi nostalgia la huella

Sea el perfil cuando tú pasas

Año tras año presente

Año tras año tú cara

Valiente por ser la estrella

La que ilumina Triana

El domingo de ramos ha dejado predispuestos los ánimos para que el lunes las emociones se desplacen al barrio león, un blanco de túnicas y capirotes inunda la calle, mientras que en San Gonzalo el aroma del azahar se desprende de los verdes naranjos pespunteados por la flor del perfume de los sueños sevillanos. Parece que cada año en esa plaza se pacta el tratado de los aromas, el que consigue que el aire acompañe la blancas emociones que se van a vivir.

Cada lunes santo tengo el sentimiento de que en San Gonzalo comienza a escribirse la pasión de cristo, ese cristo rendido ante su suerte porque sabe que su sacrificio es redención, y su pasión y muerte la vida, pero la vida también son las emociones de los trianeros, las que año tras año se dan cita en los recuerdos para vivir sensaciones distintas por muchas veces que uno las haya vivido.

Esos recuerdos de niñez contemplando una hermandad que cabía en un pañuelo, quien nos iba a decir que aquella cofradía iba a alcanzar el crecimiento, el esplendor y la admiración que hoy despierta, quien nos iba a decir a aquellos trianeritos de pantalón corto que el andar del señor del soberano poder iba a ser la admiración y ejemplo de disciplina, de entrega y de arte para los costaleros de Sevilla.

Pero ahí esta, con su andar majestuoso, componiendo un misterio impresionante antes de pasar por el proceso de su pasión y su muerte. Y detrás su madre, la blancura personalizada entre varales, la que provoca sueños de gloria, la azucena del barrio León, la del caminar pequeño por la calle ancha, si su hijo muere para darnos la vida ella vive para regalarle a nuestras almas la salud necesaria.

Es como un blanco clavel caminando por el jardín de la inmensidad, es un rayo de luz que se refleja en nuestras vidas, con cada varal marca sus andares, con cada movimiento de sus bambalinas recrea a la vez el arte de la sencillez y el de la estética, que bello resplandor contemplan los ojos cansados por el tiempo que la siguen emocionados desde el asilo de la fundación Carrere, salud para sus males y remedio para sus almas.

El sol dibuja de oro

Pespuntes a un estandarte

Mientras Jesús soberano

Va con cara preocupante

El aroma de azahares

Es intenso y pene tratante

Y ante Caifás su martirio

Ha empezado a consumarse

La gente de San Gonzalo

Son su mejor baluarte

Aunque el futuro esta escrito

Y no tiene atenuante

Que ofensa para su honra

Que juicio más humillante

Que sacrificio más duro

Que muestra de amor más grande

Por San Jacinto se aprecia

Que esta la gente expectante

Como viene caminando

Que compás más elegante

Como brillan sus costeros

Con la luz de media tarde

Que armonía trae andando

Esa cuadrilla del arte

Al llegar al altozano

El puente le da el contraste

Y Jesús mira a su madre

En la capilla del carmen

Se ensanchan los corazones

Y Sevilla se hace grande

Para ver como camina

Ese barco impresionante

Como crujen las zambranas

Que manera de entregarse

Que forma más trianera

De hacer caminar al padre

Y se marcha lentamente

Y detrás viene su sangre

La del color de pureza

La del blanco de azahares

La del manto inmaculado

La de los ojos brillantes

La que sabe que a su hijo

Ya nada puede salvarle

La que volverá a Triana

Cuando la noche se alargue

Envuelta en la madrugada

Entre arrumacos del aire

Y de nuevo el Altozano

Y el barrio León ingrave

Para acompañar de vuelta

El gran dolor de su madre

Lunes santo de la gloria

Que noche más importante

Porque la salud es vida

De regreso por las calles

Y también regresa cristo

Con su cuadrilla de arte

Con su poder soberano

Y su amor edificante

Vuelve marcando su paso

Trianero y arrogante

Al son de las cigarreras

Y el izquierdo por delante

San Gonzalo ha sabido recoger la esencia del sabor de Triana, lo mismo que en su día lo hicieron otras hermandades que también tuvieron aquí su cuna y su desarrollo pero que las circunstancias les obligaron a emigrar al otro lado del río, ejemplos de nacimientos trianeros como la palomita de Triana convertida en reina de la calzada, o las aguas que cambio la alfarería por los aires maestrantes aunque siga con la mirada dirigida al barrio de sus orígenes como no queriendo renunciar a la orilla que la vio nacer.

O los gitanos que tanto saben del abrazo trianero, en esa cava de los mitos eternos donde el cobre y los cantes se fundieron con una historia de mestizaje y duende. Y otra tantas que nacieron para perderse en los tiempos por dios sabe que causas.Triana siempre en el trasiego de lado a lado del río, esa Triana que tantas manos laborales aporto a la antigua fabrica de tabacos donde se estableció la devoción a la madre de la victoria, una reina gloriosa que ante las circunstancias se volvió a esta orilla como queriendo devolverle a los trianeros la gracia de su presencia a cambio de la vinculación de siempre, esperemos que esa divina presencia ilumine a quien tiene que definir su destino definitivo ante los efectos de las circunstancias laborales que están viviendo los herederos de aquellas cigarreras trianeras. La tarde del jueves santo vera de nuevo el suplicio del hijo de dios mientras su madre lo arropa con su presencia convirtiéndose en un bello ejemplo amoroso al contemplar a María santísima de la victoria como la consume su dolor bajo palio.

No hay fuerza que tu mano no me ofrezca

Ni amor que de tu pecho no se escape

Será tu devoción la que me atrape

Y el sueño ver tu luz cuando amanezca

Caminas tras un hijo maltratado

Atado a la columna del suplicio

Ejemplo del más puro sacrificio

Y entrega por sus hijos tan amados

Tu nombre es la victoria más querida

Tu imagen es la estampa cigarrera

Tus lágrimas son una sacudida

Señora de la eterna primavera

Abrázame a lo largo de mi vida

Y acuérdate de mí cuando me muera

El jueves santo no tiene prisa porque forma parte del día mas largo, la tarde sé fundirá con la madrugada y el viernes santo en una larga calle de la amargura sin solución de continuidad. Volverán a renacer los sueños ante las oportunidades que se avecinan, día grande, el altozano se convertirá de nuevo en el calvario trianero. La capilla del Carmen seguirá siendo testigo de la historia de esta pasión singular como si fuera el Golgotha de las esencias mas cofrades del barrio, allí se dan cita todas las sensaciones, todas las devociones, todas las despedidas, pero también todas las bienvenidas.

La virgen del Carmen es la aduanera de la fe marinera de Triana, ante ella pasan año tras año la parte más sensible del alma de los trianeros. Y allí esta ella, siempre presente con sus lamparillas encendidas recogiendo su propia devoción, recogiendo la señal de la cruz de quienes van y vienen cruzando el puente.

Ay capilla del Carmen

Que buena suerte

Porque ves a los pasos

Venir de frente

Cuando cruzan el río

Por ese puente

Cuando van a Sevilla

Y cuando vuelven

Ay capilla del carmen

Coqueta y bella

Cuando por tus dominios

Pasa la Estrella

El lunes son vigías

Tus azulejos

Para ver San Gonzalo

Venir de lejos

Ay capilla del Carmen

Cuanto me vales

Si el Cachorro es reflejo

De tus cristales

Por tu reja de gloria

Pasa la O

Y a Jesús Nazareno

Le das tu amor

Ay capilla del Carmen

Tan envidiada

Al pasar la Esperanza

De madrugada

Tu espadaña es la gloria

Y la bienvenida

Cuando llega el Señor

De las tres caídas

Ay capilla del Carmen

Siempre presente

Que les das Triana

Sabor y duende

Mirador de la vida

Del pueblo llano

Y faro marinero

Del Altozano

Desde primeras horas de la mañana la capilla de los marineros es un reguero incesante de devotos que quieren estar con la esperanza y con su hijo en su día grande, todo esta dispuesto para la gran jornada, las colas llegan a los aledaños del altozano, hay un bullicio incesante que todo lo inunda, una intensa emoción que recorre Triana desde el patrocinio a santa ana como un inmenso escalofrío que es antesala de todo lo que queda por vivir en las próximas horas. La reina de Triana desde su paso fija su extensa y negra mirada en todo aquel que la busca como destino, su belleza es tan palpable, tan divina y especial que nadie puede ignorarla, esta noche reinara en Triana al caminar bajo palio entre suspiros y promesas.

La madre doliente, la del corazón atravesado por la pena, la virgen coronada será la dueña de los corazones, su esperanza se extenderá por toda Triana y por toda Sevilla como si fuera el asidero de la fe, que necesaria es la esperanza en un tiempo extraño en el que parece que a algunas voluntades no les importan los valores mas elementales de la dignidad de los seres humanos.

Que necesaria es la esperanza en una sociedad donde la pobreza y la marginación siguen siendo la causa de los desequilibrios sociales, en un tiempo en el que la mitad del llamado tercer mundo esta condenado a la extinción por el sida, la hambruna y otras enfermedades sin que los países desarrollados muevan un solo dedo para evitarlo, que necesaria es la esperanza cuando la guerra sigue siendo el argumento para resolver los conflictos entre los hombres. Por eso con solo pronunciar su nombre estamos en el camino de la solución de los males de la vida.

Precisamente las hermandades de Triana están impregnadas de esa esperanza para llevar la bendita iniciativa de una fundación cuyos fines es la ayuda a los mas desfavorecidos, a los mas marginados con iniciativas sociales que ya son una realidad como esa guardería con el nombre de la virgen de la estrella que ampara a treinta y cinco niños trianeros, pero pronto vendrán otras, todas las hermandades de Triana unidas, todas a una, todas con sus voluntades reunidas en un solo destino, en un solo objetivo social y sincero, esa es la otra cara de las hermandades que a veces se ignora ante tanto dato inútil y tanto redicho del conocimiento cofrade, la labor social de las hermandades, según sus posibilidades, es un valor a desarrollar y las hermandades trianeras son un ejemplo con esta iniciativa al margen de la actividad caritativa y social de cada una de ellas.

De terciopelo verde serán las horas de esta madruga cuando su luz resplandezca y arrastre las sombras sobre la cal de nuestras calles y plazas, cuando su hermosura bajo palio establezca de nuevo las leyes de la estética y el equilibrio, cuando sus costaleros desafíen al esfuerzo cambiando la fatiga por el amor y el orgullo de llevarla sobre su cuello.

Volverán a pararse los pulsos y hasta la brisa volverá ha ser cómplice de la noche para que no se apaguen las luminarias que le alumbraran su cara durante el recorrido, será Triana quien se eche a la calle para hacer de la madrugada un camino sin obstáculos como queriendo evitarle al hijo de dios su tercera caída

Ese dios de la calle pureza con el rostro sobrecogido por el esfuerzo, rodilla en tierra y las manos agarrotadas sobre la cruz de su tormento, ese dios de la devoción trianera que hace pocos días cambiaba su peculiar forma de andar por la estética del vía crucis en las calles del barrio pero que en la madrugada ira sobre esas trabajaderas a ritmo de corazón, como si fuese el metrónomo del alma para que se obre de nuevo el milagro de un barco flotando sobre los sudores de un costal, de nuevo será el estilo que marca Triana quien inunde la noche.

De nuevo Sevilla vibrara ante este espectáculo estético, pero también será un milagro de sentires cuando las calles trianeras se abarroten del entusiasmo devocional de la gente, a muchos ojos acudirán las lagrimas y la madrugada se hará marinera como si los aromas de brea y de mar llegaran Guadalquivir arriba para perfumarla. Se desataran las emociones de tal manera que hasta el mudo de Santana gritara guapa y guapa ante la hermosura de su capitanía.

Vienes caminando con mimo, con la mirada fija sobre un horizonte de cabezas que te miran ensimismado por tu paso, eres como una divina aparición, tus ojos tienen un color más intenso que la negrura de la noche, tus lagrimas se resbalan por tus mejillas como perlas cultivadas por la pena, que serena experiencia es ver como te pierdes pureza adelante camino del altozano dejándonos un nudo en la garganta por la emoción contenida, pero que bello es también ver aparecer tus primeros varales por la esquina de Vázquez de Leca cuando el sol del mediodía ilumina tu cara y tu manto sobre el albero intenso de la real parroquia.

Sabes que tus hijos te necesitan, esos que no han faltado a tu salida y que también estarán en tu entrada, esos que Irán tras de ti por donde quiera que vayas, esos que cada día íntimamente se encuentran contigo en tu capilla y te confían sus cosas, y te piden ayuda, mediación y consuelo, esos que llevan tu imagen grabada en sus retinas y que te tienen siempre presente, esos que sentirán el arrullo de la salve marinera como un bálsamo amoroso cuando se cierren definitivamente las puestas de tu capilla a tu regreso.

Señora, si yo pudiera

Explicarte lo que siento

Si pudiera hablar contigo

Aunque solo sea un momento

Si yo pudiera contarte

Antes de hacer tu salida

Algunas cosas mundanas

Cosas que son tan queridas

Cosas de aquí de Triana

Cosas de esos trianeros

Que saben que tu sonrisa

Es un pedazo de cielo

Los que están junto a la puerta

Gente del barrio y sencilla

Los que llevan muchas horas

Al lado de tu capilla

Si pudieras escucharme

Te hablaría en confianza

Para contarte al oído

Esas cosillas que pasan

Te diría que en pureza

Ya no cabe un alfiler

Hay gente de todas clases

Que solo te quieren ver

Niños, jóvenes, mayores

Gente del barrio y de fuera

Gente que tanto te quieren

Y que tanto te veneran

Así que cuando tú salgas

No te sorprendas señora

Si algunas te piropean

Es solo porque te adoran

Si te dicen guapa y guapa

Cuando te vean la cara

Tú sabes que es una forma

De decirte que te aman

Que confían en tus ojos

Y el negro de su mirada

Que eres la flor más hermosa

Y la reina de Triana

Y si luego por la calle

Te dicen la capitanía

Es la forma marinera

De también decirte guapa

Porque en el mar de tu gloria

Quisieran echar el ancla

En el puerto de tus brazos

Junto al malecón del alma

Al abrigo de los vientos

Sin huracanes que valgan

Donde sea la esperanza

La singladura más larga

Por eso si yo pudiera

Explicarte lo que pasa

Te diría que estuvieras

Atenta esta madrugada

Y cuando se abran las puertas

De la antigua calle larga

Te fijes en lo que ocurre

Cuando bajo palio pasas

Veras como el altozano

A tu varales se abraza

Como queriendo decirte

Que no te vayas de casa

Que el barrio se queda triste

Porque un tesoro le falta

Que se le marcha la vida

Que se oscurece Triana

Que es un desgarro tu ausencia

Que es una pena tu falta

Aunque sabe que en Sevilla

Tu presencia es necesaria

Que seria de esta noche

Sin tu cara en la campana

O caminando por sierpes

O tú llegar a la plaza

Que sola se quedaría

La catedral con tu falta

Como podría ignorarse

Tu imagen por la giralda

Y el arenal que diría

Si tú no lo visitaras

Que seria del baratillo

Y la puerta de Triana

Por eso fíjate madre

En estas cosas mundanas

Veras como cambia el río

Con tu imagen reflejada

Veras que el cielo esta noche

No tiene estrellas de plata

Que lo ilumina tu imagen

Por donde quiera que vayas

Fíjate como te rezan

Fíjate como te cantan

Mira como se emocionan

Como son sus alabanzas

Por eso si yo pudiera

Charlar contigo en tu casa

Antes de salir tú paso

Esta misma madrugada

Te diría que no temas

Por tu hijo de tu alma

Porque si vuelve a caerse

La gente te lo levanta

Y si no sus costaleros

Y si no será Triana

Fíjate que diferente

Puede ser la madrugada

Veras que su canastilla

Es una joya dorada

Que parece que no pesa

Que flota por donde pasa

Ese andar tan trianero

Esas chicotás doradas

Y el esfuerzo sobre humano

De los que por él trabajan

Así que cuando regreses

Mañana por la mañana

Habrá un brillo diferente

En tu divina mirada

Tendrás que seguir alerta

Que algunas cosas te faltan

Al visitar a la estrella

O al pasear por la cava

O al pasar antes las puertas

De la Señora Santana

O ante esa gente que espera

De nuevo en la calle larga

Tras el camino de vuelta

Que te dejara en tu casa

Tendrás que reconocerme

Que hay cosas que no esperabas

Aunque tu ya bien sabias

Todo lo que te contaba

Que eres la madre de dios

Y a el no se le escapa nada

Pero de este bello sueño

De esta bella madrugada

Yo me quedo simplemente

Con la expresión de tu cara

Esa explosión de belleza

Esa cara tan gitana

La cara de mi esperanza

Mi Esperanza de Triana

Parafraseando a machado mi infancia es un recuerdo de una casa de la calle San Jorge, junto a la plaza de abastos, con una azotea blanca de cal mirando a Sevilla y cuatro balcones a la calle, para aquel trianerito de pocos años aquellos balcones constituían la mejor tribuna del mundo para contemplar la gloria y la vida de un barrio, siempre recordaré esa especie de ritual o de liturgia que se vivía en casa cuando mi madre sacaba de la cómoda aquellas clásicas colgaduras adamascadas color granate y las iba colgando una por una cuidado exquisito y primoroso.

Cada vez que este rito sé repetía era como el anuncio de que algo grande iba a ocurrir en la calle en las próximas horas, era como una tradición trianera convertida en gesto de celebración y respeto, cuando las colgaduras estaban colocadas una especie de inquietud recorría toda la casa de arriba abajo, de abajo arriba. Pero si este sentimiento se repetía varias veces al año coincidiendo con distintas celebraciones, el viernes santo adquiría un carácter especial, desde primeras horas de la tarde el negro, el blanco y el color púrpura inundaba la calle imponiendo estos tonos como los tonos cofrades del día.

En el patrocinio la tarde esta a punto de sobrecogerse, cristo se esta muriendo en Triana, el cielo también se va a conmover porque al cielo se elevan sus ojos como buscando la luz de acogida del padre, camina lentamente, como su agonía, su cruz cimbreante dibuja el compás de su paso mientras su figura se estremece sobre la madera de su crucifixión con el mismo sentimiento del lamento de una solea del Zurraque, va anunciando su muerte y Triana se conmueve con los escalofríos de una visión tan impresionante.

Cachorro de las tristezas, porque no hay nada más triste que tu imagen moribunda, Cahorro de los contrastes porque estas a punto de la muerte estando a punto de ser la vida, cachorro de las estéticas porque no hay perfil más bello que el tuyo por el puente sobre el recorte de la tarde, cachorro de la fe porque es difícil no creer en ti ante tu presencia. Cachorro de los duendes porque hasta tu expiración tiene la cara de la leyenda, cachorro de Triana porque eres su esencia cofrade.

Me contaba Luis Álvarez Duarte que cuando termino de tallar la cara de la madre del Patrocinio, tras el lamentable incendio que acabo con la imagen anterior, se reunió con un grupo de hermanos junto a los bajos del puente de Triana y sumergidos en una conmovedora emoción depositaron sobre las aguas el molde que había servido para tallar el rostrillo de la virgen, querían que fuera el lecho del río el cofre que guardara para siempre el origen de su creación.

Mientras que el barro se perdía entre las verdes aguas del Guadalquivir el rezo de una salve le ponía melodía a tan emocionante momento al tiempo que se arrojaba un ramillete de claveles color patrocinio los cuales se marcharon flotando sobre la corriente perdiéndose en la lejanía de la misma manera que se marcho ese bello e irrepetible momento, por eso, no es extraño que cuando se miran sus aguas en las noches de luna uno tenga la sensación que desde el lecho emerge la bella mirada de la señora del Zurraque que se quedo a vivir para siempre en el fondo del cauce del río que abraza el barrio de sus sueños.

La calle Castilla se doblega ante su elegancia bajo palio, es nada más y nada menos que la madre del Cachorro que lo sigue tratando de aliviar los limites de su muerte. Mientras la acuarela de la tarde iba desparramando su paleta de tonos de primavera sobre el gentío, hasta mi balcón llegaban las emociones en forma de chicota medida y mecida armónica, de cimbreo valiente de varales y de esfuerzos costaleros subiendo la pequeña inclinación de la calle camino del altozano. Era como acariciar la gloria, como ser participe de la gran ceremonia de los sueños porque los sueños estaban al alcance de mi mano.

Viene asumiendo su pena

Con las ojeras moradas

Porque lo que lleva dentro

Se le trasluce en la cara

Un dolor profundo intenso

Una herida en sus entrañas

Un desconsuelo en su pecho

Una angustia sobre el alma

Pero esa pena contrasta

Con esa piel sonrosada

Del color del patrocinio

Como el templo que la abraza

Ella es la madre más buena

La madre más deseada

La que parió ese cachorro

Que esta expirando en Triana

¿ Como seria la muerte

De ese gitano en la cava

Que le sirvió de modelo

Al que tuvo que plasmarla?

Que expresión más imponente

Que tristeza reflejada

Que sentirían las manos

Del escultor al tallarla

La muerte lo anda rondando

Y entre estertores lo abraza

Pero su cuerpo resiste

Y ante ella se arrebata

Que el cachorro sigue vivo

Aunque su gesto delata

Solo un suspiro de aliento

Bajo la tarde de plata

Viene clavándole al cielo

Su mirada de templanza

Viene pidiéndole al padre

Un margen de confianza

Que es tarde de viernes santo

Y esta en la calle Triana

Que nunca lo ha visto muerto

Aunque poquito le falta

Sobre la cruz de madera

Su cuerpo inerme destaca

Y entre sus ojos de niebla

Va la muerte reflejada

Al pasar ante la gente

Su figura se agiganta

Mientras la luz de la tarde

Por su torso se resbala

Ante su sola presencia

El murmullo se hace calma

Solo se escuchan los pasos

Y el capataz que los manda

Que larga tanta agonía

Que larga la caminata

Para atravesar Sevilla

Hasta volver a su casa

Que duro tanto calvario

Para redimir las almas

Que profunda la leyenda

Que aquella muerte inspirara

En la cara de su madre

Relucen las velas blancas

Y por cansancio moquean

Reflejándose en la plata

Cuanto dolor bajo palio

Que profunda puñalada

Para la que quiere tanto

Para la que tanto ama

Aguántalo Padre mío

Que ya por el puente baja

Solo le queda la O

Y de nuevo a su morada

No lo dejes que se muera

No le dejes que se vaya

Tiende tu mano divina

Con tu fuerza soberana

Deja que su barrio sueñe

Con el perfil de su cara

Con sus ojos entreabiertos

Con su boca dibujada

Déjalo en el patrocinio

Junto a su madre del alma

Al laito de su gente

Y cerquita de su cava

Déjalo que siga vivo

Ay padre mío del alma

Que si el cachorro se muere

Es que se ha muerto Triana

Nazarenos de raso y de cola iban perfilando las horas previas en los aledaños de esa parroquia que a escasos metros de mi atalaya comenzaba a preparar un nuevo cúmulo de sensaciones para vivir intensamente la gloria del nazareno bajo el peso del carey y la plata y el esplendor de su madre la esperanza concentrado en la o de su nombre como la o del orgullo de sus hermanos porque había llegado el día de pasearla por Triana y por Sevilla.

Camina bajo el esfuerzo titánico de la pasión, su túnica se envuelve en el viento adoptando el realismo del movimiento mientras que la imaginación dibuja como seria su verdadero caminar por la calle de la amargura.

Su cuerpo encorvado soporta toda la carga para él. Ni siquiera la ayuda del cirineo le alivia de su tremendo sufrimiento. Poquito a poco, casi sobre los pies lo veo pasar ante el balcón de mis recuerdos, es la visión del hijo de dios en la encrucijada de la vida, es como ver pasar la devoción envuelta entre los flecos de la tarde, el altozano marca su destino y el puente se lo entregara a la ciudad para que disfrute de su visión por unas horas.

Los trianeros que hemos recibido las aguas bautismales bajo las plantas de la señora de la o sabemos bien de su protección y de su amparo, el viernes santo, al pasear por las calles va repartiendo su magnánimo amor y su protección para todos los que confían en ella, su palio es como una hermosa ofrenda, su perfil como un trazo de la divinidad,

Nazareno que caminas

Por los senderos de dios

Dale consuelo a las penas

De tu madre de la O

La de la cara de niña

La de la triste mirada

La que llora a borbotones

Sin que le consuele nada

Esa que con su ternura

Bautiza a los trianeros

La que se mira en el río

Cuando se peina su pelo

La que se marcha a Sevilla

La tarde del viernes santo

Detrás de ese nazareno

Al que sigue bajo palio

Nunca lo pierde de vista

Ni un segundo de su vida

Que lleva una cruz al hombro

Y sangra por sus heridas

La cruz de carey y plata

De este Jesús trianero

Que le encorva la figura

Y le entumece los dedos

Mira con que cuidaito

Lo llevan sus costaleros

Que para dios en Sevilla

No hay mejores cirineos

Te veo como te marchas

Como te vas a lo lejos

Abrazada por el puente

Entre recuerdos añejos

Te veo pasar de nuevo

Ante el balcón de mi vida

Entre túnicas moradas

Con las velas encendidas

Te marchas pero te quedas

Enclaustrada en mis recuerdos

Como si fuera mi infancia

La que escribiera estos versos

Vas en medio del gentío

Con un pañuelo en tu mano

Despacio, sobre los pies

Camino del altozano

Te vas buscando la gloria

Porque te espera Sevilla

Pero el hueco de tu ausencia

Se ha quedado en esta orilla

Ese nombre chiquitito

Es un adiós en la boca

Una caricia en el alma

Un amor que se desboca

Te pierde la lejanía

Entre el humo del incienso

Y aunque se va la esperanza

La esperanza no la pierdo

Que volverás a Triana

A la hora de los sueños

Volverás a ser la rosa

De este jardín trianero

Vendrás igual que te fuiste

Tras de Jesús Nazareno

Entre velas consumidas

Y agotadas por el tiempo

Será la calle castilla

La que te acoja de nuevo

Y un río lleno de estrellas

Será de nuevo tu espejo

Y aquí seguirá tu barrio

Para velar tú regreso

Preocupado por tenerte

Por marcharte tanto tiempo

Aquí seguirá tu barrio

Para salirte al encuentro

Y llevarte de la mano

A las puertas de tu templo

Señora, ya estas en casa

Ya no te roza ni el viento

Que tranquila esta Triana

Porque la o ya esta dentro

Pero aunque se cierren las puertas de este pregón, el balcón de los sueños no las cierra ni las cerrara nunca porque la memoria histórica seguirá dispuesta a tráenos la satisfacción del recuerdo cuando la añoranza llame a nuestro corazón, Triana seguirá viva, y si ella lo esta, su semana santa también, volverán nuevas primaveras a rellenar nuestras calles de colores y de aromas, las vivencias de hoy se volverán recuerdos añejos y seguirán abriéndose balcones para seguir viendo desfilar los sueños, Sevilla se sentirá orgullosa de la tradición cofrade de uno de los barrios que cincelan su corazón, volverán los duendes a adueñarse de las calles y plazuelas, volverán los versos a salpicar los rincones del espíritu, volverán el gentío y la chiquillería a demostrar que la calle sigue siendo la vida.

Volverán las tradiciones para constituirse en el gran abrazo entre las generaciones, volverán los cielos limpios de altozano, volverá santa ana a sentirse orgullosa de su pasado como catedral de Triana y centro neurálgico de sus devociones, volverán los aromas y las familias enteras, y los globos de colores, y la ropa nueva, y las largas esperas, y el olor a garrapiñada, y los ojos brillantes, y las lagrimas sinceras, y las emociones de la diáspora, y las cuadrillas de arte, y los saeteros con duende, y las chicotas eternas, y los palios deslumbrantes, y las candelarias al viento, y los regresos de madrugada, y los perfiles perfectos, y los reflejos de río, y la pasión por las calles, y las penas de dolorosa y los escalofríos y el sentimiento de identidad de un barrio, y Triana, mi Triana, seguirá siendo mucha Triana.

No hay nada que Triana no me ofrezca

Que todo lo que tiene me lo ha dado

Por eso ella nunca me ha fallado

Y espero que yo siempre la merezca

El norte me lo marca el altozano

Y allí siempre tendré mi corazón

Triana me enseño la devoción

Haciéndome cofrade de su mano

La estrella es la luz para mi vida

Y tengo a la salud como destino

La o siempre ha marcado mi camino

Y tu eres patrocinio mi salida

Se funde la razón con mi añoranza

Arropando mi alma en la victoria

Y un rostro me conduce hasta la gloria

Tan solo con nombrar a la esperanza

Domingo de la luz y del reencuentro

El lunes pinta blanca la jornada

El jueves va anunciado madrugada

Y el viernes viste luto de tormento

Alerta que esta aquí la Primavera

Llamando al corazón del trianero

Alerta que en el cielo hay un letrero

Y anuncia que la gloria nos espera

Triana siempre un nudo en la garganta

Triana siempre un sueño marinero

Triana siempre un verso costalero

Triana otra vez Semana Santa