La sociedad del bulo y del "todo vale" 

24.01.2018

Publicado el 27 junio, 2017

Por Luis Baras

Hablar de la ley de montes sin conocer su contenido, de los intereses de las bolsas de gas señalando a Felipe González, o de la recalificación de suelos y de la especulación en general para justificar los incendios del entorno de Doñana es, al menos, ruin, de osados y de lo que vulgarmente se llama "metemierdas". Ni siquiera hay un solo dato de la investigación de la Guardia Civil y ya se han dedicado algunos a señalar con el dedo acusador.

Empieza uno a cansarse de tanto creador y divulgador de bulos mal intencionados y de tanto analfabeto jugando a sembrar la confusión entre el personal. Mucha gente se está acostumbrando a dar crédito a todo lo que recibe o circula por las redes sociales sin importarle el daño que hace ni las consecuencias de su acción, porque tan culpable es quien inventa una noticia falsa como quien la difunde, y eso es síntoma de una sociedad irreflexiva, ignorante, vengativa y enferma. La gente se dispara por un titular sin ni siquiera leer muchas veces la noticia. No solo tenemos que soportar, la crisis, las dificultades, la corrupción, la demagogia y la mentira política sino, además, a ciudadanos sembradores de odio, especialistas en crispar al personal, la justicia de telediario, la intolerancia ideológica y religiosa, la mala fe, la inmoralidad civil y el revanchismo.

Esta es la sociedad del "TODO VALE". Da igual que sea mentira. Si viene bien para insultar, menospreciar, hundir o desacreditar a alguien, a un colectivo, o una ideología se usa y punto. Se dice que estamos ante la sociedad mejor preparada de la historia de nuestro país, pero parece que esa realidad no es más que una valoración sobre los números y no una mejora real del comportamiento social. Podremos quejarnos del nivel de muchos dirigentes, de sus errores y de muchas de su acciones pero, ni todos los políticos, sean del partido que sean, son corruptos, ni todos están locos. Me gustaría dejar a mis nietos un país coherente, justo, solidario y cuerdo, pero temo que para que eso se verdad mucho tiene que cambiar las cosas.