EL OBSERVATORIO DE LA EDAD

04.07.2020

Por Luis Baras

Nací unos años después de la guerra civil y crecí y estudié durante la dictadura. Experimenté sus limitaciones, sus faltas de libertades, su control absoluto. Sufrí su censura desde mis primeras publicaciones tanto literarias como musicales teniendo que pasarlas por un despacho donde un censor me decía lo que podía o no podía decir. Viví en el París de los meses posteriores al Mayo del 68 y pude comprobar su huella. Soñé con la democracia y traté de contribuir a ella con mi actitud de liderazgo y compromiso estudiantil y personal.

Fui artista y tuve la fortuna de vivir el éxito momentáneo y la escasez y concentración de la comunicación de mi época. Terminados mis estudios formé parte de la junta de Aprocom junto a mi añorado y amigo personal Rafael Padura, asesinado por el Grapo a los 35 años tan solo por el hecho de que iba a tomar posesión de la presidencia de la Asociación de Empresarios de Andalucía. He desarrollado mi andadura periodística durante 40 años en los que he conocido a cientos de personajes del arte, de la cultura, de la sociedad, de la política y del pueblo. He pasado por la SER, La COPE y la RTVA, tres líneas editoriales muy distintas, pero, en ninguna de ellas, nadie coartó nunca mi libertad de opinión.

Por tanto, he vivido muy de cerca, con información, conocimiento, intensidad y lleno de emoción y de ilusiones la transición y la llegada de la ansiada democracia. He visto como los enfrentados de la guerra aparcaban sus odios, sus afrentas, su deudas pendientes, sus heridas abiertas y sus tremendas diferencias por buscar la paz y la concordia entre los españoles y ofrecerle a los ciudadanos un futuro mejor en libertad y desarrollo para crear un país moderno y de futuro donde todos tuviéramos cabida. Es decir, a estas alturas de mi vida he visto "casi de to" y, por tanto, como ciudadano, ya "no tengo un pase". Pues bien, desde mi observatorio de la edad, vengo analizando el desarrollo de los acontecimientos de estos últimos años y veo, con estupor, dolor e indignación, la degradación de lo que tanto costó construir y tanto sacrificios y renuncias ideológicas supuso a mis generaciones anteriores, a la mía y a las posteriores.

Al margen de ideologías y de que siempre hay mejoras, avances sociales y logros por conseguir, el centroizquierda y la derecha moderada habían logrado, con errores y algún que otro escándalo juzgado y condenado convenientemente, pero con grandes aciertos, hacer de España un país avanzado entre las primeros del mundo. Pero de nada sirvió esa realidad y ese sacrificio de generaciones para lograr el conocido "Régimen del 78". Incluso se doblegó al terrorismo. Pero de un tiempo a esta parte, un grupo de políticos y opinadores a su medida, han ido socavando ese tiempo de bienestar y de avance social y político, para poder justificar su presencia. Como el título del libro sobre el procés del escritor Albert Soler "Nos cansamos de vivir bien".

Han vuelto a realizar la clásica maniobra que en la historia de la política internacional está perfectamente descrita y definida y que podríamos denominar como el "juego del trilero", es decir, el del engaño y la mentira con la excusa de que había que acabar con el bipartidismo porque era nocivo y no representaba la verdadera voluntad del pueblo. El juego consiste en inventar problemas donde no los hay. La gente más facilona y manejable se lo cree y luego aparecen ellos y proclaman que son los únicos que pueden resolverlos porque todo lo demás obedece a intereses orquestados desde el poder económico y claro, ante este viejo truco y esta oportunidad de ruptura de los establecido, suelen aparecer partidos de corte muy a la inversa que tratan de llevarles la contraria y es entonces...cuando ya está montado el lío.

Luego, cuando consiguen acceder al poder es cuando realmente empiezan a intentar desmontar todo lo construido para tratar de demostrar que ellos son imprescindibles...Comienzan la siembra de odios que ya estaban olvidados, de descalificaciones, de acusaciones, empiezan a utilizarse los términos de "estamos ante un momento histórico", "representamos a la mayoría social", "rescataremos la deuda pendiente", "desataremos a la sociedad maniatada", "luchamos contra opresión de los más débiles" "protegemos la opinión de la calle", etc. etc. Se vende como acontecimiento de avance social solo lo que ellos exigen y persiguen. Se denuncian desigualdades que, en muchos casos, ya están resueltas por las leyes en vigor y por la práctica pero que muchos ciudadanos asumen y reclaman por ignorancia. Esto es tan viejo como las arrugas. Está tan inventado y tan manido que es la fórmula empleada en muchos países de Hispanoamérica, Rusia, África y hasta en EE.UU., como hemos visto recientemente, un hecho lamentable pero puntual es aprovechado para sembrar el odio hacia las instituciones y la historia y se extrapola al resto de mundo. Esta técnica sirve para crear división y disidencia. Cualquier motivo es bueno porque ya se sabe lo de "a río revuelto...".

Se pueden poner numerosos ejemplos con datos fechas y resultados. Todo eso tiene un nombre...se llama "Populismo" y da igual quien lo practique. Por eso en los últimos tiempos en España oímos hablar con tanta facilidad de términos no deseables como "Fascismo", "Cloacas de estado", "Golpistas", "Poder de los ricos". "Policía patriótica, "Capitalismos agresivos". "Pueblo oprimido". Podríamos repasar la historia reciente de otras actuaciones similares en el mundo y todas manejan el mismo discurso. Además, el populismo destructor de lo alcanzado por generaciones siempre se sitúa al lado de las causas que más perjudican al país. Jamás atacan los desmanes y los fraudes sindicales, ni los delitos protagonizados por refugiados. Son comprensivos con el pasado terrorista, sus defensores y sus presos. Son benevolentes con las reivindicaciones independentistas, califican a sus infractores de "presos políticos", son solidarios con la inmigración desordenada, pero intolerantes con las tradiciones, la religión mayoritaria, la cultura del esfuerzo y todo lo privado y nunca arremeten contra los países que verdaderamente cometen esas injusticias que tanto les preocupan, al contrario, los comprenden y los apoyan, como Venezuela, Nicaragua, Rusia o Cuba, entre otros.  

Suelen propagar mentiras para tratar de que la gente crea que son verdades de tanto repetirlas En nuestro país el populismo sigue reclamando la devolución del préstamo a la Banca cuando no es verdad, el préstamo fue a ciertas Cajas de Ahorro regentadas, mayoritariamente, por el poder político y sindical, muchos de ellos condenados, pero consiguen con su falso discurso que mucha gente desinformada se lo sigue creyendo y se indigne. Siempre se le llena la boca con la frase "necesitamos un nuevo orden" y ellos se proponen como conseguidores... Y para terminar la maniobra, si además aparece en escena un grupo político a su otro extremo que lleva en sus principios ideas demasiado contundentes sobre determinados asuntos que pueden ser utilizadas para denunciar su discurso mucho mejor. entonces el Populismo lo borda. Si además para colmo nos llega una tragedia, como la que estamos viviendo, miel sobre hojuelas porque justificaran la necesidad de su presencia echándole la culpa de todo a los que han gobernado antes que ellos, o gobiernan autonomías con otras siglas.

El paso siguiente, en el que estamos, es acusar y señalar a la prensa y a los periodistas no afines que denuncian y desmontan sus argumentos. Al mejor estilo bolivariano o de regímenes totalitarios se vuelve a la censura...¡Anda, ahora que caigo! que curioso, lo mismo que ocurría con mis letras en tiempos de la dictadura, que me las censuraban, o sea, que hemos vuelto atrás.

Las redes sociales, amparadas en el anonimato cobarde y los perfiles falsos, son las encargadas, ante la opinión pública, de la destrucción masiva de quien ose salirse del "pensamiento único populista", por mucho prestigio profesional que tengan demostrado. Y claro, la parte de pueblo fácil, que siempre existe, es el porcentaje ciudadano que cree el discurso y que el futuro y los puestos de trabajo se lo va a dar la administración a base de subvención y subsidio y no los empresarios ladrones y corruptos que solo se aprovechan del obrero y lo explotan. Esos lo que tienen que hacer es pagar más impuestos, provocando con ello la huida de posibles inversiones dado que el dinero va donde mejor le tratan y menos le amenazan.

El populismo cuando no gobierna es duro y crítico con el nepotismo y las puertas giratorias, pero cuando accede al poder coloca en puestos relevantes a su familiares directos y amigos cercanos sin que nadie puede hacer crítica, los demás partidos serían lapidados si lo hicieran. Pero, desgraciadamente para ellos, vivimos un tiempo tecnológico que ha dejado la huella y el archivo del pasado. Discursos, maneras, pronunciamientos, mítines, promesas y antecedentes orales están al alcance y son el acta notarial de sus hechos y, por tanto, ya es más difícil medrar desde la mentira ideológica. Esa videoteca es la que provoca las reticencias de la Unión Europea ante las ayudas.

Los países más avanzados y prósperos son los más centrados ideológicamente, incluso en sus coaliciones de gobierno. Desde el "Observatorio de la edad" son muchas las generaciones que tenemos la experiencia de lo bueno y lo malo vivido, de las verdades y las mentiras, es lo único positivo que tiene cumplir años...que ves venir al personal. La gran esperanza es que el bipartidismo junto, el centro izquierda y el centro derecha, siguen siendo la mayoría...y eso siempre es un seguro ante la división, el odio y el intento de destrozar a un país en el que sus ciudadanos lo que quieren es vivir, pero..."vivir en paz".